16.11.17

SITGES 2017: Jornada 9 (de inmigrantes que levitan, teenagers que mueren una y otra vez y cortes de electricidad)

Viernes 13 de octubre, penúltimo día del Festival. Una jornada que empezó con Jupiter’s Moon, la cinta húngara que se alzó, finalmente, con el premio al mejor largometraje de esta edición. Una extraña mezcla entre el cine de superhéroes y la denuncia política que se abre ,de forma frenética y atractiva, con la masiva entrada de inmigrante cruzando de forma ilegal una frontera mientras son tiroteados sin miramientos por la policía. En Jupiter’s Moon hay un poco de todo: un ilegal herido capaz de levitar, médicos corruptos y polis con demasiada mala leche. La primera parte engancha, tanto por su atípico planteamiento como por su cuidadísima realización (a pesar de abusar un tanto de la cámara en mano), pero luego la cosa se complica en exceso y el guión empieza a hacer aguas por todas partes. En definitiva, se trata de un indigesto cóctel entre el cine de Costa-Gavras y los X-Men.


Si con A Day ya tuvimos un homenaje, muy a la coreana, de Atrapado en el Tiempo, ahora se vuelve a repetir guiño al magistral bucle temporal urdido Harold Ramis con Feliz Día de tu Muerte, una película norteamericana que, dirigida por Christopher Landon y dirigida claramente al público adolescente, nos enfrenta al caracolillo diario que vivirá una joven estudiante para evitar que, al final de su jornada, sea asesinada de nuevo. La cosa, aparte de una buena factura, tiene su gracia, pero al final acaba cansando. Entre que su guión se me antojó excesivamente facilón y que su joven protagonista femenina, una tal Jessica Rothe, me pareció de lo más soso, no acabé de entrar del todo en una propuesta poco original y llena de guiños a montones de films con asesinos portadores de caretas diversas y especializados en degollar a teenagers. Poca cosa, aunque para muchos (de forma sorprendente) resultó de lo más refrescante.


El día lo cerré con Survival Family, una simpática producción japonesa que, a medio camino entre la comedia y el cine de aventuras apocalípticas, coloca al espectador en la piel de los miembros de una familia de Tokio, los Suzuki, cuando estos ven trastocada su rutina social y laboral habitual al quedarse todo el país sin electricidad. Dispuestos a iniciar un nuevo tipo de vida, deciden abandonar la ciudad y buscar un nuevo lugar en el que instalarse. Una correcta cinta, cargada de buenas intenciones que, sin embargo, peca de alargar en extremo su metraje (cercano a las dos horas), lo cual acaba influyendo en el estado de ánimo de un espectador que, a la hora y media, ya ha sufrido todo lo sufrible por los avatares por los que han de pasar los Suzuki.

Y en el próximo post, el final de la 50ª edición.

6.11.17

SITGES 2017: Jornada 8 (de leyendas vascas, fantasmas estonios y de merecidos descansos)

Después de un pequeño paréntesis, sigo con la información relativa a la 50ª edición del Festival de Sitges.

El jueves 13 de octubre, la mañana se abrió con Errementari, un film vasco y hablado en euskera que, producido por Álex de la Iglesia y dirigido por el debutante Paul Urkijo Alijo, entra de lleno en las leyendas populares vascas, en una historia que, ambientada en la Álava del siglo XIX, mezcla el folklore del país con un muy peculiar descenso a los infiernos y en donde, un herrero y una niña huérfana, destapan una oscura historia en donde los pactos con el diablo se convierten en la orden del día. Curiosa aunque irregular cinta que, contando con una parte inicial bastante atractiva, va perdiendo fuelle hasta llegar a un episodio final, de tintes fantásticos y demoniacos, en donde el cartón piedra obtiene un cansino y especial protagonismo.

A continuación sufrí la proyección de November, un film procedente de los países bajos y que llegaba al festival precedido de cierto prestigio. Aparte de contar con una espléndida fotografía en blanco y negro, no hay nada más que pueda avalar el citado prestigio de este producto. Aburrido, pedante, sin pies ni cabeza y capaz de provocar profundas somnolencias y raudas fugas del Auditorio del Meliá. Dirigido por el estonio Rainer Sarnet, se trata de una presuntuosa fabula fantástica en la que, en medio de paisajes helados y nevados, se mezclan fantasmas de familiares muertos, hombres lobos, enfermedades mortales y un poco de magia negra. Si les he de ser sincero, ante tanta pretenciosidad narrativa y visual (llena de planos y escenas interminables), yo fui uno de los que decidió escapar de la sala. En el exterior hacia un día magnífico como para desperdiciarlo con tomaduras de pelo tan inmensas.


En resumen: un día tranquilo. Como el cansancio de tanto cine ya empezaba a hacer mella en mí, decidí dejar por unas horas el Séptimo Arte aparcado en un rincón y disfrutar la mi estancia en Sitges. Hasta al día siguiente, claro está.

To be continued…

3.11.17

Hoy tampoco va de cine

Hoy me siento triste, cabreado e impotente ante un estado español que ha mostrado su cara más oscura y franquista; un estado, que ellos llaman de "derecho", en el que no existe la separación de poderes y en la que fiscales, jueces y gobernantes comen del mismo plato, al igual que hacen los perros. Una España purulenta, gobernada por el partido más corrupto de Europa y que aún se permite el lujo de hablar de “legalidad” sin avergonzarse de ser, en realidad, un grupo mafioso que, durante años, se ha estado embolsando todo el dinero público que ha caído en sus manos. Una España miserable que, al igual que en tiempos del dictador Francisco Franco, vuelve a tener presos políticos en sus prisiones. Y todo ello, bajo el beneplácito del PSOE y del PSC y de una Europa encorsetada que mira hacia otro lado, ignorando que los catalanes somos también ciudadanos europeos a los que se nos está privando de los derechos humanos más fundamentales.

Repito: tristeza, cabreo e impotencia, pues con sus métodos represivos no se arregla el problema. Al contrario, se agrava hasta límites insospechados.

Visca Catalunya! 

Llibertat presos polítics ja!!!!