19.7.16

Tiburón minimalista


Cerrada la trilogía con Liam Neeson de protagonista (Sin Identidad, Non-Stop y Una Noche Para Sobrevivir), el barcelonés Jaume Collet-Serra, afincado ya en tierras norteamericanas, con Infierno Azul se embarca en una serie B, plagada de efectivas cromas, deslumbrantes efectos digitales y filmada, en buena parte y aunque no lo parezca, en estudio, tras la que se esconde un minimalista homenaje al Tiburón de Steven Spielberg.

Y digo minimalista porque, aparte de estar rodada bajo mínimos, en su mayor parte de su breve metraje cuenta tan sólo con dos únicos protagonista: una surfista que acaba de quedarse varada en las aguas de una playa secreta y un tiburón blanco que la acosa para zampársela enterita. Dos protagonistas a los que, sin embargo, se les une un tercero en discordia: una gaviota herida a la que muchos, por puro entretenimiento, le están buscando toda clase de simbologías a su presencia.


Infierno Azul (pésima traducción de su título original, The Shallows, o sea, "aguas poco profundas") busca, clara y llenamente, el entretenimiento, sin más; tal cual. Y Collet-Serra demuestra ser un buen dominador del cine entendido como espectáculo, aunque que sea desde su vertiente más minimalista. En ningún momento pretende la grandilocuencia y el efectismo de la cinta referente de Spielberg, pero sí que se muestra como todo un experto a la hora de crear tensión y suspense en el patio de butacas.

Su digna y trabajada fotografía, sumada al poderío del realizador en la sala de montaje, a la acertada e inquietante banda sonora de Marco Beltrami y a la buena interpretación de Blake Lively (la misma de El Secreto de Adaline), consiguen que la película logre su principal y único propósito: mantener al espectador pegado en su asiento de principio a fin.


Lástima, de todos modos, de poseer un desenlace muy poco trabajado y un tanto precipitado, así como de una coletilla final muy made in USA y un tanto ridícula, metida por narices, a buen seguro, para ganarse al público norteamericano, muy dado a los toques con moralina y a la exaltación de los valores familiares por encima de todo.

Ideal para verla durante una de estas tardes calurosas que se nos avecinan. Fresquito en un cine con aire acondicionado y disfrutando con el chapuzón de 86 minutejos que se pega la Lively.

3 comentarios:

caligula dijo...

Apunte, Spa:

Garry Marshall ha fallecido. Su Pretty Woman se ha quedado compuesta y sin novio

http://www.elmundo.es/cultura/2016/07/20/578f038fca4741b56f8b45e8.html

Anónimo dijo...

Que alegría volver a leer sus críticas Sr. Spaulding, aunque son muy de agradecer sus necesarios y sentidos homenajes a los artistas desaparecidos del mundo del cine se echan en falta más posts con sus opiniones (siempre agudas e interesantes) sobre estrenos y clásicos.

En esta "The Shallows" es verdad que se agradece su sencillez y brevedad, pero no creo que sea especialmente memorable. La gaviota desde mi punto de vista hace un poco el mismo papel que 'Wilson', la pelota-amigo que se fabricó Tom Hanks en 'Naúfrago', un elemento de interacción que hace más comprensible que el protagonista hable en la película aunque esté solo y que también evita que caiga en la pesadez de la aburrida 'Todo está perdido' con Robert Redford.
Y por poner otro ejemplo me provocó más tensión la ejemplar 'Buried' de Rodrigo Cortés, que utilizaba solo a un hombre en un ataúd con un móvil, sin necesidad de mar, tiburones o gaviotas.

De todas formas también es verdad que la película es digna y entretenida, que es más de lo que se puede decir de la mayoría de estrenos, así que no nos quejemos tanto, no?. Saludos y lo dicho, que me alegro mucho de volver a leerle.

Spaulding dijo...

Gracias por su comentario, don Anónimo.

Y usted, calígula, pobrecito Garry Marshall.